¡Qué hipócrita!
Me han contado una historia muy interesante. Una señora se jacta de que su libro de cabecera es Etica para Amador de Fernando Savater. Ella ha tenido el libro como manual de cabecera durante la educación de sus hijos, y éstos han crecido equilibradamente y armónicamente gracias a la ética allí aprendida.
El otro día, este señora machacó literalmente a unos subordinados porque habían trabajado más, mejor y más honradamente que ella para la organización en la que trabaja. Y eso que el libro de Savater versa sobre la importancia de ser justo en todo momento, ser justo por convencimiento y no por interés, servilismo o cobardía. Lo cual prueba que hay gente capaz de decir lo mismo y lo contrario a la vez, tomarse un capuchino y decir que es intolerante al café.
¡Qué le aproveche señora!
Me han contado una historia muy interesante. Una señora se jacta de que su libro de cabecera es Etica para Amador de Fernando Savater. Ella ha tenido el libro como manual de cabecera durante la educación de sus hijos, y éstos han crecido equilibradamente y armónicamente gracias a la ética allí aprendida.
El otro día, este señora machacó literalmente a unos subordinados porque habían trabajado más, mejor y más honradamente que ella para la organización en la que trabaja. Y eso que el libro de Savater versa sobre la importancia de ser justo en todo momento, ser justo por convencimiento y no por interés, servilismo o cobardía. Lo cual prueba que hay gente capaz de decir lo mismo y lo contrario a la vez, tomarse un capuchino y decir que es intolerante al café.
¡Qué le aproveche señora!
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